Monasterio de Piedra es un espacio singular en el que se encuentra el Parque- Jardín Histórico; el Monasterio Cisterciense del Siglo XIII, los restaurantes Reyes de Aragón y Piedra Vieja, y el Hotel-Monumento & Spa. Catalogado como Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico y Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, el Monasterio de Piedra es uno de los parajes más espectaculares de Europa, siendo además galardonado con la Medalla al Mérito Turístico por el Gobierno de Aragón en el año 2011. En la actualidad, cada año,
alrededor de 320.000 personas visitan el Parque y el hotel cuenta con 23.000
pernoctaciones.
ElMonasterio de Piedra fue adquirido en 1843, por Don Pablo Muntadas Campeny, a través de una Subasta Pública, por 1.250.000 reales.
Fue en los años siguientes cuando Don Juan Federico Muntadas, hijo del anterior, transformó la huerta existente en un jardín paisajista y las dependencias conventuales en una instalación hostelera e hidroterápica. A ello añadió la construcción de una piscifactoría en 1867, que fue pionera en España y de la que todavía pueden verse algunas de sus pesqueras originales al visitar el Parque.
Desde entonces hasta nuestros días, Piedra se convirtió en un destino turístico de primer orden. La adquisición de la Propiedad por la familia Muntadas, la transformación del monasterio en un Hotel y los nuevos usos turísticos que se dieron a las dependencias frenaron su degradación, después de la desamortización de Mendizábal en 1835, y lo han preservado como en la actualidad.
Un deleite para los sentidos. El recorrido del Parque del Monasterio de Piedra está cuajado de sorpresas y bellísimos rincones de cualidades estéticas y paisajistas sorprendentes. A la belleza propia del río hay que añadir el bullicio y frescor de sus cascadas, la apacible quietud de sus lagos, y el cantar de diferentes especies de aves, de las que se han identificado más de 20 especies distintas.Catalogado como Paraje Pintoresco Nacional el 28 de diciembre de 1945, esta catalogación que fue modificada en 2010 por el Gobierno de Aragón para convertirnse en Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico. Catalogado asimismo como Monumento Nacional el 16 de febrero de 1983 (hoy en día, Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento), el Monasterio de Piedra es en la actualidad uno de los parajes más espectaculares de Europa, siendo además galardonado con la Medalla al Mérito Turístico por el Gobierno de Aragón en 2011.
El Parque, Jardín Histórico, del Monasterio de Piedra, ofrece un espectacular recorrido a través de una exuberante naturaleza. Un paisaje sorprendente donde caminos y senderos cruzan cascadas, arroyos, lagos y grutas, a la sombra de árboles centenarios y una excepcional vegetación.
Su insólito emplazamiento geológico alimentado por el Río Piedra, configura un espacio único con una asombrosa variedad de flora y fauna. No por casualidad se creó aquí hace 150 años la primera piscifactoría de España, y está considerado un ecosistema de extraordinaria riqueza biológica.
Los muros del monasterio del siglo XIII, esconden ocho siglos de historia desde su Consagración, en 1218.En él se pueden contemplar las principales características de la arquitectura Cisterciense.
La Iglesia es el edificio central, con un claustro anexo en torno al cual se disponen las estancias monacales: Sala Capitular, Cillería o almacén, Cocina, Refectorio y Calefactorio.
Igualmente se visita el Museo del Vino D.O. Calatayud, perteneciente a la Ruta del Vino, la Exposición de Carruajes y la Exposición de la “Historia del Chocolate”.
El Monasterio se construye en la transición del Románico al Gótico. Los monjes vivieron en este Monasterio algo más de 600 años.
La fundación del Monasterio de Piedra se relaciona con un doble marco histórico: Es parte del fenómeno de las repoblaciones de la segunda mitad del siglo XII y también es un brillante capítulo de la expansión de los cistercienses por la Península Ibérica. En 1186, Alfonso II de Aragón y su esposa, Sancha de Castilla, donaron a los monjes de Poblet el Castillo de Piedra (castrum Petrae) con el objeto de fundar allí un monasterio cisterciense. Entre 1186 y 1194 los monjes de Poblet realizaron los preparativos necesarios y, el 10 de mayo de 1194, bendecidos por el abad Pedro Masanet, que gobernó Poblet entre 1190 y 1196, salieron del monasterio catalán 12 monjes, a la cabeza de los cuales se encontraba Gaufrido de Rocaberti, I Abad de Piedra. Gaufrido debió ser hijo del vizconde Jofre, hermano del vizconde Dalmau, pariente del arzobispo de Tarragona, Ramón de Rocaberti, del obispo de Zaragoza, Rodrigo Rocaberti y del obispo de Gerona, Pere Rocaberti. Sus poderosos parientes dieron protección e impulso a la nueva fundación.
a intención inicial del I Abad era establecer una comunidad filial de Poblet en algún lugar no predeterminado de los territorios meridionales del Reino de Aragón. Hubo tres ubicaciones diferentes antes de encontrar el emplazamiento definitivo. A finales de 1194, se instalaron en Santa María de Cilleruelos, muy cerca de Peralejos (Teruel). Allí empezaron a construir un monasterio, que abandonaron y transformaron en un priorato, manteniéndolo en uso hasta 1835. De él aún pueden visitarse en la actualidad una ermita y escasos restos materiales de sus dependencias priorales.
A caballo entre dos estilos: del Románico al Gótico
La construcción del monasterio se realiza en los años de transición del Románico al Gótico. El característico estilo arquitectónico de la Orden está presente en el monasterio: Gótico Cisterciense, arquitectura sobria, austera, sencilla y luminosa.
En mayo de 1195, Alfonso II ratificó la donación de Piedra a los monjes cistercienses otorgándoles el dominio y jurisdicción completa sobre estos territorios: el mero y mixto imperio, con la jurisdicción civil y criminal, ejercida en nombre del rey. El pergamino con la donación se conserva en el Archivo Histórico Nacional (Madrid) y en él se recoge la obligación de los monjes a rezar una misa anual por el alma del monarca y de sus parientes.
Entre 1195 y 1203 se documenta un problema relacionado con la patrimonialidad de Piedra, que explica la construcción y abandono del tercer monasterio, llamado de Piedra Vieja. En la orilla derecha del río Piedra existía un castillo que, en algún momento de la década de 1120, fue donado a la familia Malavella. En 1200, Juan de Malavella renunció a los derechos sucesorios que le podían corresponder sobre el castillo de Piedra. A partir de entonces, los monjes cistercienses quedaron como únicos dueños del coto redondo del señorío, unos 30 km2, repartidos entre los actuales términos de Nuévalos, Ibdes y Monterde.
Los monjes se establecieron en la orilla izquierda del río Piedra en un monasterio provisional, llamado de Piedra Vieja, construido en madera y adobe. El Monasterio de Piedra Nueva fue la cuarta y definitiva ubicación de la Abadía. Los edificios empezaron a construirse en 1203. En 1218 las obras estaban suficientemente avanzadas como para que los monjes pudieran ocupar los edificios. El 16 de diciembre de 1218, se hizo la ceremonia de traslación de la comunidad desde Piedra Vieja a Piedra Nueva. La consagración de la Iglesia Abacial fue presidida por el IV Abad de Piedra, Jimeno Martín, por el arzobispo de Tarragona, Asprago de la Barca, que actuó en nombre de Jaime I, por el obispo de Zaragoza, Sancho Ahones, y por el obispo de Albarracín, Domingo Ruíz de Azagra, que había sido monje profeso en Piedra. En el sitio donde estuvo Piedra Vieja los monjes construyeron una ermita, llamada de Santa María de los Argalides, cuyos epígrafes constatan que fue reformada en 1755, siendo abad Inocencio Pérez.
El restaurante más conocido del Complejo Turístico adapta su carta según la época del año con el fin de ofrecer siempre productos frescos y de temporada, manteniéndose fiel a la gastronomía local aragonesa.
Cuenta con su propio huerto ecológico de donde provienen varios de los productos que pueden degustarse en este enclave singular de la Comarca de Calatayud.
Madrid, 3 de septiembre de 2019 – Situado en un enclave único y bajo la asesoría gastronómica de Enrique Martínez (Maher), uno de los chefs más reconocidos del panorama nacional, el restaurante Reyes de Aragón se ha convertido en un atractivo más junto a los muchos que posee este Complejo Turístico donde conviven el Parque–Jardín Histórico, el Monasterio Cisterciense del siglo XIII y el Hotel & SPA. La esencia del restaurante, situado en el interior del Monasterio, se ve reflejada en la carta con una oferta variada de tinte aragonés.
Comida tradicional actualizada, respetando siempre el producto. Es la clave del chef Ramón Vidal Galindo, quien, con más de 30 años de experiencia culinaria, ahora tiene bajo su control los fuegos de las cocinas del “Reyes de Aragón”. Dentro de su carta, encontramos uno de los platos estrella, los “Huevos Termales” pochados a baja temperatura con setas, tirabeques y un toque de trufa, un plato que se adapta según la
época del año, sustituyendo la trufa negra -más intensa- por trufa de verano en la época estival. Mención especial merecen los garbanzos con congrio al estilo bilbilitano, un plato con más de cinco siglos de historia que Ramón Vidal ha sabido adaptar a los paladares actuales y que entrará en carta a partir del próximo otoño. Para los amantes de la carne, la joya de la carta la encontramos en el Ternasco de Aragón, un cordero con ADN aragonés, asado al horno y acompañado de patatas.
Con el fin de ofrecer siempre productos de temporada y de excelente calidad, Monasterio de Piedra cuenta con su propio huerto ecológico, asegurando productos frescos y apostando en todo momento por alimentos de proximidad. De esta manera,
la carta varía y se adapta según la temporada. Es el caso de las borrajas, una verdura de la huerta aragonesa de lo más nutritiva y que rara vez es degustada fuera del Valle del Ebro. Su textura y sabor sorprenden a todos aquellos que suelen probarla, por
primera vez, en este restaurante.
La oferta gastronómica no se limita exclusivamente a productos de la zona y platos típicos; hay para todos los gustos. Dentro de la carta, encontramos gran variedad de carnes, pescados y opciones veganas. Además, también existe la opción del menú del día. Todo ello acompañado por una amplia oferta de vinos, pues la bodega del restaurante cuenta con una selección de varias denominaciones de origen, destacando la local, D.O. Calatayud, con vinos provenientes en este caso de bodegasde la zona como Miedes, Villaroya o Ateca.
Para más información, visite: https://monasteriopiedra.com/