Llegó el otoño, y llegaron “Los miércoles no existen” a la gran pantalla. La obra de teatro, que está arrasando temporada tras temporada, ahora ya se puede disfrutar en su versión cinematográfica.
Había muchas ganas y expectación por ver esta adaptación. Muchos seguidores de la función teatral estuvimos en el preestreno el pasado martes y We&You acudió invitados por entradasymas.com donde también estuvieron al inicio de la proyección los actores: Eduardo Noriega, Gorka Otxoa y Andrea Duro; y el director, Peris Romano. El resto del reparto lo completan Inma Cuesta, Alexandra Jiménez, William Miller y María León, quien colabora con el primer número musical.
Para quién aún no sepa de qué va, “Los miércoles no existen”, decir que es un puzzle de situaciones cotidianas de diferentes personajes con vidas que se entrecruzan de manera no cronológica. La película recuerda bastante a “El otro lado de la cama”. Tiene varios momentos musicales donde los actores cantan en medio de cualquier sitio a modo videoclip junto con los músicos, Ester Rodríguez y Alberto Matesanz.
El guión es tan divertido y cercano que si te gustó la obra te gustará la película. Los gags funcionan igual en una sala de teatro que en una de cine, y a pesar de que para la mayoría de los presentes en el preestreno nos eran familiares se oyeron muchas carcajadas. La sensación es de estar viendo uno de esos programas que están tan de moda “Viajando con Chester” o “En tu casa o en la mía”: interesantes conversaciones, situaciones con las que te puedes identificar, humor… Pero si has visto la función en donde no se respeta la cuarta pared, donde los actores entran, salen e interactúan continuamente, y tienes que estar moviéndote en la butaca para seguir la acción, puede que te falte algo.
Además, estamos más acostumbrados a ver una sucesión de sketch, aparentemente inconexos, en teatro que en cine. Este puzzle de situaciones se sigue mejor en el teatro – con la ayuda de la pizarra que está en escena continuamente – que en el cine donde han usado como soporte el mobiliario urbano. Esta opción queda muy bien, es original y elegante pero corre el riesgo de pasar inadvertida sobre todo en las primeras apariciones. Así que si no quieres pasarte todo el tiempo preguntándote: qué pasa. Fíjate en las fechas que aparecen en ocasiones muy sutilmente.
La pregunta más habitual a partir del estreno será ¿qué te ha gustado más si la película o la función? Las comparaciones siempre son odiosas, y aunque es el mismo guión, son diferentes actores, excepto en el caso de Gorka Otxoa y William Miller. Además, se suele esperar mucho más de una película, por medios y prepuesto, que del teatro. Así que la respuesta no es fácil. No es blanco o negro.
Lo mejor de la película, lo más sorprendente y llamativo, sin duda, la interpretación de William Miller, al que no vi en teatro por el doble reparto. Un personaje divertidísimo una mezcla de Tarzán y Gastón (La Bella y la Bestia). Particularmente también me gustó que el final de la película quedase más claro que en el teatro.
Lo menos bueno el “momento pedida”. Uno de los mejores momentos que recuerdo de la función y que en el cine, por el hecho de ser cine, pues quizás esperaba más.
¿Que cuál de las versiones me ha gustado más? Pues… pasa un poco como cuando primero te lees el libro y luego ves la película. Si la primera visión de la historia es muy buena, superar eso es difícil porque además tus expectativas son mayores. Quizás la gente que primero vea la película y luego la obra de teatro les pase al revés. Pero recomendarla la recomiendo, aunque repetiría antes en teatro que en cine. Me queda un reparto por ver. La pregunta se complicará ¿con cuál de las tres quedarse?
En conclusión: Hay dos opciones en teatro y una en cine. Elige la que quieras, pero elige una.