En el Ayurveda como sistema para recobrar y sobre todo, preservar la salud, el masaje ocupa un lugar muy importante como tratamiento para tratar patologías; y como ritual diario para conservar la salud.
¿Qué aporta el masaje para ser tan importante?
La piel está compuesta por siete capas, y dentro del punto de vista ayúrvedico, cada capa está relacionada con los siete tejidos que componen el cuerpo.
Los tejidos o “dhatus” para el Ayurveda son: el plasma, la sangre, los músculos, la “grasa” (tejido adiposo), los huesos, la médula espinal y tejido nervioso y el tejido reproductivo.
Cada tejido alimenta al siguiente y es responsable de su función. La piel es un reflejo del estado de cada uno de estos tejidos, porque como metafóricamente dicen, es como la espuma de la nata sobre la leche. Todo sale a la superficie.
Con el masaje dado con regularidad, estimulamos y nutrimos a nuestra piel y simultáneamente, a los siete tejidos corporales.
Por eso como rutina diara, a parte de otras recomendaciones, el masaje es tan importante como mantenimiento de la salud.
Normalmente la recomendación es darse un masaje corporal con aceite templado. La razón por la que es recomendable templar el aceite es para que sea más fácil su penetración a través de la piel, ya que las moléculas de aceite son más gruesas que nuestros poros.
También es importante que el aceite sea de buena calidad, natural y en primera presión, para que realmente estemos nutriendo a nuestra piel y no le pongamos más químicos, parabenos, etc…
Hay muchos en el mercado, pero el más recomendado es el de sésamo porque le viene bien a cualquier constitución física, y porque es uno de los aceites con más propiedades hidratantes y nutritivas, y con efecto depurativo y desintoxicante.
La capacidad de equilibrarnos con el masaje es por un lado hidratar y nutrir nuestra piel, y por otro lado, con el efecto del masaje y el aceite, ir calentando y movilizando el “ama” o toxinas, como si la fluidificáramos, para drenarla. Así que tendría dos funciones: nutrir y desintoxicar.
Después se recomienda ducharse para eliminar el exceso de aceite.
Aunque para nuestra mentalidad sería lo contrario y nos parezca que después se quedará la piel seca por la alcalinidad del agua, en la práctica no es así.
Evidentemente, hay que elegir un gel o jabón lo más natural posible, y no exagerar mucho con la cantidad, aunque nos pueda gustar el efecto espuma.
Esta es la teoría, pero en la práctica poca gente tiene la voluntad y, sobre todo, el tiempo para hacerlo, si además añadimos todo lo que aconseja el Ayurveda por las mañanas.
Lo que yo recomiendo es adaptar cada técnica a nuestra vida, para disfrutarla en vez de crearnos más obligaciones y más estrés.
Una forma es ver qué día de la semana tenemos el tiempo suficiente para poder hacernos un masaje corporal sin prisas y apuros, y disfrutar de ese momento. Puede ser un día a la semana, o dos,… o los que podamos. Poco a poco integrar lo que nos viene bien, hasta que sea algo natural y sin esfuerzo. Ante todo lo importante es la regularidad, más vale un día a la semana, que hacer tres seguidos, agobiarse y no volver a hacerlos dejándonos con sensación de frustración.
Otra opción es darse los “minimasajes”. Uno de los masajes más beneficiosos, es el masaje de pies. Hay un refrán en la India que dice: “Las enfermedades no acechan a quien recibe masaje en los pies antes de acostarse, tal como las serpientes no se acercan a las águilas”.
De igual forma, se calentaría un poco el aceite hasta que sea tibio, y simplemente masajear nuestros pies y sobre todo, los dedos y la unión entre ellos a modo de distenderlos y estirarlos. Lo más sencillo es abrazar el pie y con los pulgares, masajear haciendo círculos hacia fuera en la planta del pies y en el dorso, igualmente con los pulgares ir abriendo hacia los lados y friccionar en dirección desde los dedos hacia el empeine. Esto calma muchísimo el sistema nervioso, se recomienda especialmente a las personas con insomnio, y sedando el sistema nervioso tenemos solucionados muchísimos problemas derivados del estrés.
El complementario sería el masaje del cuero cabelludo, que moviliza el líquido cefalorraquídeo mejorando la memoria y equilibrando las gándulas hipófisis y pineal. Además es una forma de nutrir nuestro pelo y fortalecerlo.
Para el masaje de cabeza, primero masajear un poco el cuello y los hombros haciendo amasamientos como si pinzaramos con el hueco de la mano. De una forma suave, simplemente para relajar. Después con el aceite tibio, humedecer las yemas de los dedos y aplicarlo en la cabeza como si fuera un champú. Luego la dirección del masaje siempre es en dirección ascendente. Primero de la nuca hacia la coronilla haciendo círculos hacia fuera con los dedos; luego desde las sienes a la coronilla y masajear desde la coronilla hacia la frente.
Se puede dejar el aceite mínimo 15 ó 30min. y luego nos lo lavamos. Si se desea, se puede dejar más tiempo, siempre que se esté en un ambiente cálido, pero lo que nunca recomiendo es dormir con él como a veces se dice, enrollándose una toalla en la cabeza, y menos si se va a salir a la calle. En definitiva, nunca dejar que se enfríe en la cabeza.
La regularidad sería un masaje de pies cada día, mejor si es antes de ir a dormir, y uno a la semana del cuero cabelludo. Es orientativo. Si hay un problema de caída de pelo, o un cabello muy seco, se puede aumentar la cantidad de días a la semana.
Como decía, si al principio un masaje diario de pies nos parece demasiado, podemos tomar tres días a la semana, por ejemplo, o hacerlo en días alternos… o simplemente elegir el momento y la continuidad que mejor nos haga sentir.
P.D.: Todos estos consejos no sustituyen un tratamiento médico y si hay algún problema de salud, recomendamos preguntar antes a algún profesional.
Redactora: Isabel Casaldelrrey