Isabel Casaldelrrey nos habla de las propiedades de la Arcilla.
Normalmente cuando se habla de arcilla, la asociamos a mascarillas para “secar” las pieles acneicas, y poco más.
Suele ser un producto al que no se le da todo su valor, quizás porque suele dar pereza prepararla, o simplemente porque no conocemos todas sus propiedades.
Desde muy antiguo se han utilizado las diferentes arcillas o barros para tratar diversas dolencias, comúnmente óseas, musculares y circulatorias, así como para fines cosméticos.
El porqué de su capacidad para tratar tantos problemas físicos es por su composición rica en oligoelementos y minerales indispensables para todo ser vivo.
Las arcillas en general están compuestas de sílice, magnesio, calcio, sodio, potasio, manganeso, hierro, selenio y zinc. La diferencia entre ellas es por la mayor o menor cantidad de algunos de ellos en su composición, haciendo que tengan diferentes colores.
Sus propiedades son: regenerativas, descongestivas, purificadoras, cicatrizantes, absorbentes, antibióticas y calmantes.
Todas las arcillas, independientemente de su variedad tiene un alto nivel de silicatos de aluminio que ayuda a la regeneración de los tejido, siendo muy útil en la cicatrización de las heridas.
Se pueden utilizar en aplicaciones en la piel y también por vía oral por su capacidad desintoxicante, pero esto último recomiendo que sea bajo supervisión de un profesional médico o naturópata.
Estas son algunas de sus propiedades cosméticas:
La arcilla blanca (caolín):
Para pieles secas, sensibles y/o envejecidas: Es desintoxicante, antibacteriana y cicatrizante. Se la suele recomendar para este tipo de pieles porque tiene un efecto tensor y por su capacidad hidratante. Suele aportar luminosidad a la piel.
También se puede utilizar como talco para los bebés, y por sus propiedades vasoconstrictoras, en forma de cataplasma, para tratar las piernas cansadas.
La arcilla verde:
Para pieles grasas y acneicas: Es más rica en oligoelementos que la blanca, también es más absorbente y purificante, por eso es la más recomendada para este tipo de pieles, aunque a veces sea demasiado “absorbente”, pero esto puede ser por un error de uso, ya que se suele recomendar dejar las mascarillas de arcilla durante 20 min., pero lo mejor es retirarla en cuanto empiece a secarse. Nunca se debería dejar la arcilla seca en la piel.
Si la compramos en polvo y la preparamos nosotros en el momento, lo normal es que se empiece a secar en poco tiempo; como mucho dejar 10 min., especialmente si es este tipo de arcilla.
Cuando ya viene preparada suele estar mezclada con más productos, siendo más untuosa, y en ese caso se puede dejar más tiempo.
También esta arcilla por su alta cantidad de oligoelementos, es muy buena para tratar en forma de cataplasmas lesiones y traumatismos con dolor e inflamación.
La arcilla roja:
Para pieles sensibles, delicadas, eccemas, dermatitis: Utilizada como mascarilla facial por sí sola puede resultar demasiado densa o espesa, y en ese caso es mejor mezclarla con arcilla blanca.
Por su alto contenido en hierro y aluminio es perfecta para tratar problemas circulatorios y de regeneración celular, así que es muy recomendada para tratar la celulitis en cataplasmas. También se puede utilizar en heridas.
Cómo aplicar la arcilla:
_ Como exfoliante: Si se tiene la piel delicada, mezclarla con algún aceite (puede ser de sésamo o de pepita de uva, entre otros) y hacer una pasta ligera; si es una piel más gruesa o fuerte, se puede mezclar con sal del Himalaya. De una forma u otra, masajear la cara con pequeños círculos y retirar con agua tibia. Se suele recomendar la arcilla blanca, pero también se puede utilizar la verde.
_ Como mascarilla: Mezclar la arcilla en polvo con agua hasta crear una pasta ligera, se aplica en una fina capa en la piel. Retira con agua tibia y después aplicar un tónico y la crema o producto que normalmente se utilice. Para la mezcla se puede utilizar: agua de mar, agua de rosas o cualquier otro hidrolato, o alguna infusión de plantas después de dejarla enfriar, por ejemplo, de manzanilla, si se tiene la piel muy sensible. Con una vez a la semana es suficiente. Si se tiene la piel grasa o acneica, utilizar dos veces por semana.
_ En cataplasma: De igual forma que la mascarilla, pero haciendo una mezcla más espesa. Se aplica en la zona a tratar en una mayor cantidad y más densa. Se puede cubrir con un papel plástico para mantener la humedad y también para no manchar. En este caso, al ser más espesa se mantiene la arcilla por más tiempo, al menos los 20 min. que se suelen recomendar. También retirar con agua tibia.
Hay que tener en cuenta que para preparar la arcilla no se debe utilizar ningún utensilio ni recipiente que sean de metal. Se puede utilizar recipientes y cucharas de plástico, vidrio o madera.
Una vez preparada, hay que utilizarla en el momento y tirar la mezcla sobrante.
Yo siempre recomiendo comprarla en polvo porque dura mucho tiempo y es como mantiene todas sus propiedades. Al comprarla preparada, para que pueda durar debe contener conservantes con lo que ya pierde parte de su pureza y calidad. Además suele ser más cara y caduca antes.
Podéis seguir su web y encontrar nuev en su blog, http://isabelcasalderrey.blog.com/isabel-casalderrey/