Os propongo un tratamiento de noche que además de tratar nuestra piel, nos sirve para ayudarnos a armonizar nuestras emociones y a tener un sueño reparador.
Hay muchos aceites esenciales con grandes beneficios a nivel físico, como emocional. Tantos, que a veces no sabemos por cuál decidirnos.
Aunque hay una gran variedad, con tener unos pocos, dependiendo de cuáles son nuestras necesidades, es más que suficiente. A veces, menos es más y lo más sencillo puede ser lo más efectivo. Para empezar y no perdernos en este mundo de los aromas, os traigo el aceite esencial de sándalo.
Para darnos una idea de los beneficios de este árbol originario de la India, en este país, se le considera un árbol sagrado, y el gobierno lo ha declarado “propiedad nacional” para protegerlo de una posible extinción.
Ya en los antiguos libros de Ayurveda, se habla de sus múltiples aplicaciones, especialmente en todo lo que tiene que ver con procesos infecciosos y virales.
A nivel cutáneo tiene propiedades regeneradoras y es especialmente indicado para después de haber expuesto la piel al sol, para pieles deshidratas y maduras. Es antiséptico y antiinflamatorio con lo que también es estupendo para tratar pieles grasas y con acné, e incluso rosácea por su efecto balsámico.
Además a nivel mental y emocional, el a.e. de sándalo es relajante y sensual. Antiguamente las mujeres perfumaban su cuerpo con las ramas de este árbol como afrodisíaco. Ayuda cuando hay poca líbido tanto en la mujer, como en el hombre. Calma el sistema nervioso y es armonizador de las emociones. Aporta claridad mental y ayuda a eliminar una tendencia a la negatividad, así como nos da paz y fuerza interior cuando nos tenemos que mover en ambientes con mucha tensión o problemáticos.
En meditación aporta humildad y respeto hacia otras personas, sobre todo a gente con creencias radicalizadas o fanáticas.
Por todas estas propiedades es recomendado para ayudar tratar el insomnio y la depresión.
Para utilizarlo, igual que con cualquier otro aceite esencial, nunca aplicarlo directamente en la piel. Siempre lo vehiculizamos en un aceite portador. Hay muchos en el mercado y cada vez estamos más familiarizados en su uso. Hasta hace poco, había mucha reticencia a utilizarlos por miedo a que nos engrasaran la piel. Esto sólo ocurre si no elegimos bien el aceite que mejor nos viene a nuestro tipo de piel.
Igual que ocurre con los aceites esenciales, hay mucha variedad de aceites, así que por ahora para empezar, propongo el aceite de jojoba
Recomiendo el aceite de jojoba porque con él nunca se falla, todos los tipos de piel pueden utilizarlo.
El aceite de jojoba tiene una mayor capacidad de absorción que otros aceites porque su composición química es similar al sebo humano, con lo que no deja un aspecto grasiento. Además de ser un gran humectante y regenerador de la piel, tiene propiedades antibacterianas, con lo que es el más recomendado para pieles grasas y acneicas.
Modo de empleo:
En un recipiente de cristal (mejor oscuro), mezclamos en 30ml. de aceite de jojoba, unas 10 gotas de aceite esencial de sándalo.
Después de habernos desmaquillado y tonificado la piel, poner unas cuantas gotas en la palma de la mano y calentarlo un poco frotando las manos. Se puede dejar la piel húmeda con el tónico y sobre esa humedad, aplicar el aceite y masajear la cara hasta que el aceite haya penetrado bien en la piel.
Tener siempre cuidado de que no entre en contacto con los ojos, y por precaución, probar primero en la piel del interior de la muñeca por si hubiera algún tipo de alergia.
Y ahora, a disfrutar de nuestro cuidado personal.
Redactora: Isabel Casaldelrrey