Anoche, en el Circo Price de Madrid, fui testigo de la revolución libertaria de Concha Buika. Sus conciertos no son conciertos, sino anarquía y caos, arte improvisado al hilo de un alma desinhibida, alocada y sin complejos. Solo un escenario y su voz desgarrada, que se abre paso a machetazos, sin saber (ni importarle) lo que va a sonar en el segundo siguiente.
Como un estatuario de José Tomás, que siempre es diferente; como una pincelada rota de Van Gogh, cuyo hachazo puede tener por destinatario un campo de girasoles o la propia oreja. Cada canto de Concha Buika es esencia humana, naturaleza pura, recoveco profundo del sentir amoroso.
Para ella, la vida es amor. Y a ese fin, el de querer bosquejar el mayor sentimiento con el arte loco, entrega su corazón. En la revolución libertaria de esta musa negra, ninguna canción es la misma de una noche a otra. A todas les incrusta el aguijón de quien siempre necesita cambiar. Pero, en todas, el amor es su motor. Aunque, casi siempre, el amor sea un protagonista traicionado, perdido, desesperado, trágico.
Silencio. Ruge Concha Buika. Las entrañas le salen por los carnosos labios. Es esta una revolución de tripas rotas, de dolor y sufrimiento, de luto y ataúd. Porque solo la muerte podrá acabar con quien, en cada canto, trata de pintar de rojo la luna, con la pasión de quien ama la vida hasta el extremo. Sin barreras, sin estereotipos, sin burocracia, sin falsedad: Concha Buika vive para cantar. Y cantará hasta morir.
¡Bendita locura la de querer vivir la vida sin importarte el qué dirán!
Redactor: Miguel Ángel Malavia
http://blogs.periodistadigital.com/lahoradelaverdad.php/2013/07/25/la-revolucion-libertaria-de-concha-buikaFollow